domingo, 11 de marzo de 2018

De octubre a marzo.

El mes de marzo marca el final del invierno, y es el tiempo de partida de la mayor parte de las aves paseriformes que llevan con nosotros ya una buena temporada. Por ejemplo en los eriales de Verdicio ya quedan sólo unos pocos ejemplares de escribano palustre Emberiza schoeniclus, la mayor parte de ellos hembras o juveniles.


El tiempo de estancia de los paseriformes invernantes en Asturias, llegados de otras zonas del continente europeo, suele ser coincidente en la mayoría de las especies, desde octubre hasta marzo. No todos los ejemplares permanecen durante todo ese periodo, evidentemente, pero sí son los meses en que mejor se detecta la llegada y partida de estas pequeñas aves, como es el caso también del bisbita pratense Anthus pratensis. En esta especie podremos registrar también bandos en abril que seguramente estarán en migración activa.


Otro caso típico es el de la lavandera blanca de la subespecie inglesa, la lavandera enlutada o pía Motacilla alba yarrellii. Ahora además la podemos distinguir mejor porque ya ha mudado a su precioso plumaje nupcial, en el que destacan los tonos negro azabache. En marzo se vuelve más notoria porque muchos ejemplares en migración se detienen en Gozón antes de dar su último salto a sus lugares de cría en las islas británicas.



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