lunes, 11 de septiembre de 2017

Torcecuellos en migración

El torcecuello euroasiático Jynx torquilla es sin duda una de las piezas más codiciadas durante la migración postnupcial, al menos para mí. Ave discreta y muy mimética, es escondediza  en cualquier época, y es en los meses de agosto y septiembre cuando hay mayores probabilidades de observarlo. A finales de agosto de este año tuve la suerte de detectar varios ejemplares en migración en Cabo Peñas.


El torcecuello es una de las aves más peculiares de nuestra fauna. En primer lugar, aunque su aspecto no lo refleje, se trata de un pícido, es decir un pájaro carpintero, aunque haya perdido la facultad de perforar la madera. Ese es su primer rasgo destacable. El segundo es su alimentación, ya que se trata de una especie especializada en la ingesta de hormigas, que captura gracias a su larga lengua. Tuve la gran fortuna de hacer esta foto donde se aprecia bien esta característica de su anatomía.


Para capturar las hormigas rebusca afanosamente en el suelo y entre las piedras, como se aprecia en el siguiente vídeo.


El torcecuello es una especie migradora, rasgo que le distingue de otros pícidos. Su área de reproducción se extiende por buena parte de Eurasia, mientras que la zona de invernada ocupa sobre todo el Sahel africano y el sur de Asia. Algunos ejemplares invernan en la Península Ibérica y Norte de África. Como buen migrante transahariano, por Asturias se detecta sobre todo en agosto y septiembre.





El torcecuello es uno de nuestros tesoros faunísticos, pero por desgracia se encuentra en franca regresión. Dos factores juegan claramente en su contra: la reducción del hábitat favorable para la cría, el típico mosaico de campiña atlántica, y la reducción acelerada de las poblaciones de hormigas, tanto debido al empleo de insecticidas como a la intensificación de la agricultura. En algunas zonas esta reducción poblacional es alarmante, por ejemplo en Inglaterra se encuentra al borde de la extinción. Por su parte aquí en Asturias probablemente queden, con suerte, unos pocos cientos de parejas, muchas menos de las que había hace unos cuantos años.





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