miércoles, 29 de marzo de 2017

Vanesas nuevas y vanesas viejas

El domingo pasado en un recorrido por la senda del río Raíces en el concejo de Avilés me encontré con un par de ejemplares recién emergidos de la bonita mariposa vanesa Vanessa atalanta. Estaban enteros y con los colores muy frescos.


Junto a ellos volaba un ejemplar sin duda ya viejo, de varios meses de edad. El contraste es evidente: colores desgastados y ausencia de varios trozos de las alas.


Esta mariposa presenta la peculiaridad de presentar varias estrategias reproductivas. Pasa el invierno tanto en estado adulto, en hibernación, como en estado larvario. Estas larvas provienen de puestas efectuadas en otoño, en octubre-noviembre, y su desarrollo dura por lo tanto entre 4 y 5 meses. De la misma forma, hay ejemplares adultos que emigran a latitudes más al norte y otros que se quedarán aquí.



El porqué de estas diferentes estrategias es para mí una incógnita, y me sugiere una gran cantidad de cuestiones. ¿Por qué hay hibernación de imagos si ya hay una buena provisión de larvas en invierno? ¿Los adultos que sobreviven al invierno son capaces de reproducirse? ¿Sólo se reproducen en otoño las mariposas con tendencias migradoras, o también las sedentarias? Para mí esta especie de mariposa es fascinante precisamente por presentar esta gran variedad de comportamientos.


Actualmente se están desarrollando varios programas de seguimiento de las vanesas que irán dando respuesta a las incógnitas de su apasionante biología.

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